Como parte de su objetivo de ser un agente de cambio en la sociedad, la ESPOL invitó al consultor internacional y exsecretario de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín, Jorge Melguizo, para dialogar sobre la experiencia de transformación social de su ciudad, y los impactos que podrían generarse de aplicar estrategias de inclusión social en Guayaquil y Ecuador.
Jorge Melguizo estuvo siempre vinculado a la transformación social de Medellín -que en los 90 fue considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo- a través de la administración pública, ONG’s y organizaciones barriales.
Cecilia Paredes, rectora de la ESPOL, se refirió a la importancia de esta visita. “Estamos decididos a sumarnos a los cambios del país. Es importante conocer ejemplos para inspirarnos, en tiempos donde las malas noticias traen desesperanza y nos sobrepasan”, dijo.
La principal de la politécnica destacó la responsabilidad de la academia en generar espacios de debate, orientados a convocar a los diferentes actores sociales en busca del bien común.
“Poner fin a esta ola no está en nuestras manos, pero buscar alternativas para remediarla sí. Como ciudadanos debemos involucrarnos y como ESPOL estamos decididos a caminar en este sentido”, dijo la rectora.
La intervención de Jorge Melguizo fue extensa. Su conferencia, titulada Proceso de transformación Social y Urbana de Medellín, fue un recorrido histórico por los momentos más duros de la ciudad colombiana hasta su recuperación y posicionamiento como destino turístico.
Recordó que en 1991 Medellín llegó a su pico más alto de violencia, con un promedio de 382 muertes cada 100 mil habitantes. Durante esa época, convergieron varios fenómenos sociales como el repunte de las guerrillas, el auge del narcotráfico y el incremento de la desigualdad social.
“Se ha bajado el 96.3 % el índice de muertes violentas en 30 años. No es un tema rápido, ni de un gobierno de 4 años. Asumimos que Medellín era un fracaso colectivo y tuvimos que sentarnos a conversar desde todos los sectores, a pesar de nuestras diferencias”, contó.
Proceso de cambio orientado a Guayaquil
Tras realizar un análisis del promedio de muerte violentas en Guayaquil (que alcanzó 48 cada 100 mil habitantes, en febrero de 2023), destacó que se deben empezar a realizar proyectos sociales, mediante alianzas público-privadas.
“Mientras en Guayaquil no asuman que tienen el problema, no van a superarlo. La prioridad del presupuesto debe ser la educación y cultura, con proyectos urbanos integrales”, apuntó.
Según su experiencia, Guayaquil debería apostar por proyectos medianos y pequeños, que muestren avances y victorias tempranas, que generen evidencia demostrativa.
Para lograr el éxito de estas políticas, apuntó a la educación permanente como base para fortalecer la participación ciudadana, con pensamiento crítico y capaz de construir antídotos contra las indiferencias.
Durante su exposición, reconoció que, aunque Medellín es una ciudad resiliente, aún debe perfeccionar sus estrategias ciudadanas. Mostró imágenes de antiguos barrios peligrosos, recuperados a través de la obra pública, como es el caso de la popular Comuna 13.
Fue insistente en que la militarización de las ciudades resulta ser un factor “efectivista y no efectivo”. Según su criterio, este tipo de acciones generan un estado de miedo y se aleja del objetivo de paz. “Lo contrario a la inseguridad es la convivencia, nadie se irá de vacaciones a ciudades con policías y militares armados en cada esquina”, dijo.
Fue una visita con enfoque integral
Además de su conferencia magistral, Jorge Melguizo cumplió con una exhaustiva agenda durante los tres días que permaneció en Guayaquil.
Compartió un desayuno con miembros de las cámaras productivas de la ciudad, reuniones con miembros de la comunidad comunidad artística, cultural y de pequeños negocios del barrio Las Peñas, entrevistas en medios de comunicación y un acompañamiento integral con miembros de la ESPOL, respecto de proyectos futuros con enfoque tecnológico, sostenible y social.