Teniendo como motivación el apoyo a la nueva cultura de transformación digital que se promueve en la ESPOL, este 24 de junio se realizó la inauguración de nuevos espacios en el Centro de Información Bibliotecaria-CIB del campus Gustavo Galindo Velasco.
Son cuatro nuevos laboratorios que se convierten en “un compromiso con la transformación digital y, mediante ella, con la excelencia académica y el desarrollo integral de nuestra comunidad”, aseguró la rectora Cecilia Paredes. Lo afirmó, al enfatizar que se busca ofrecer recursos que fomentarán el aprendizaje, la creatividad y la investigación.
Los laboratorios denominados Perseo y Triangulum son dos de estos nuevos espacios, que se encuentran en la planta baja del CIB y tienen una capacidad para 24 y 20 personas, respectivamente. Pueden ser utilizados para actividades como cursos, talleres, reuniones o como laboratorios.
El tercer espacio es el laboratorio MOOC donde se producen productos audiovisuales y cursos MOOC (cursos masivos en línea), como los de herramientas de colaboración digital, escritura académica y comunicación que son parte de las materias transversales de las mallas de las carreras de la ESPOL. Además, muy pronto, se brindará servicios al personal académico y de apoyo que requiera desarrollar materiales audiovisuales para sus cursos.
El último espacio que se inauguró fue el laboratorio de cursos virtuales ubicado en la planta alta del CIB, concebido para ofrecer un entorno tranquilo a los estudiantes que tienen clases virtuales y optan por recibirlas desde el campus. Está equipado con 30 puestos de trabajo, distribuidos en mesas bipersonales.
Todos estos espacios están llenos de color, decorados con mensajes en las paredes que motivan a los estudiantes a tener un momento creativo y de concentración en sus actividades diarias de estudio.
El vicerrector Carlos Monsalve mencionó que el CIB, al igual que muchas otras bibliotecas del mundo, busca convertirse en un centro de apoyo para todas las actividades de docencia, investigación y vinculación, rescatando espacios que antes eran bodegas con material bibliográfico impreso de muy poca consulta.
Explicó que se ha realizado un arduo trabajo para que este material ahora esté disponible en formato digital, liberando así varios espacios y dándoles un uso más beneficioso para toda la comunidad, integrando actividades de docencia e investigación.
Estos espacios, más que salas de estudios, se convierten en centros de colaboración, donde las ideas podrán fluir libremente, ayudando a los estudiantes a alcanzar su máximo potencial.