Jonathan Cedeño, coordinador de la carrera de Oceanografía de la ESPOL, comenta la historia y características de este Fenómeno que, a diferencia de El Niño, trae aguas frías al Pacífico Tropical. ¿Cómo se benefician nuestras aguas? Te lo contamos.
El Fenómeno de La Niña decaería progresivamente a partir de este marzo, según las predicciones. Sus condiciones empezaron en agosto de 2020 y en noviembre de ese año se produjo el pico del evento, es decir sus anomalías más frías.
Jonathan Cedeño, coordinador de la carrera de Oceanografía de la Facultad de Ingeniería Marítima y Ciencias del Mar (FIMCM) de la ESPOL, explica que el estudio del Fenómeno de La Niña es una grata oportunidad para entender las complejidades del clima y su impacto en la sociedad.
Cedeño nos ayuda a comprender más detalles sobre este fenómeno:
La Niña vs. El Niño
La Niña es la fase fría de El Niño-Oscilación del Sur. Se caracteriza por el desarrollo de anomalías frías en las aguas del Pacífico Tropical.
Lo bautizaron como La Niña
En 1890 se observó la llegada periódica de aguas cálidas sobre la costa sur de Ecuador y norte de Perú. Los pescadores de la zona lo llamaron “El Niño”, ya que ocurría alrededor del 25 de diciembre (según la tradición católica, se recuerda el nacimiento del niño Jesús).
El concepto fue evolucionando desde un evento local, en las costas de Perú y Ecuador, hasta algo más global.
También se observó que, con cierta irregularidad, aparecían aguas más frías de lo normal, lo cual era también función de cambios en la atmósfera tropical; por lo que en los años ochenta, contrastando el término El Niño (cálido), se designó como La Niña a las condiciones en donde el Pacífico Tropical mantiene anomalías frías por varios meses, así como vientos superficiales más fuertes que el promedio.
Su última fase
El Pacífico Tropical ha mantenido condiciones frías (Anomalías de Temperatura Superficial del Mar-ATSM- menores a -0.5°C) desde aproximadamente agosto-septiembre, tanto en la región Niño 3.4 (Pacífico Central, República de Kiribati) como en la región Niño 1+2 (Pacífico Oriental, costas de Ecuador y Perú).
Estas se fueron consolidando en los siguientes meses, por lo que tanto las agencias nacionales, así como las internacionales empezaron a activar sus alertas de La Niña.
Cabe indicar que el nivel de las Anomalías de Temperatura Superficial del Mar en el Pacífico Tropical cataloga a este evento de La Niña como “de débil a moderado”. Sus últimos valores semanales reportados para el 24 de febrero de 2021 son: -1.2°C (región Niño 3.4) y -1.1°C (región Niño 1+2).
Aguas más frías traen mayor productividad
Los impactos del Fenomeno han sido identificados principalmente en la región Litoral, con una disminución de las precipitaciones promedio mensuales, lo cual es más evidente en eventos de La Niña extremos. Esto último no quiere decir la ausencia de lluvias, como hemos observado en meses recientes en Chone y Guayaquil, en donde sucedieron tormentas (la precipitación cayó de forma abrupta, en un corto lapso de tiempo), las cuales son propias de la estación de lluvias del Litoral.
Otro impacto que suele darse es sobre los recursos biológico-pesqueros en nuestro mar adyacente. Las condiciones frías del océano (característicos de La Niña) son favorables a una mayor productividad, debido al aporte de nutrientes de mayores profundidades, que bajo estas condiciones están disponibles en las capas más superficiales del océano. Lo que se traduce también en una mayor abundancia de los recursos pesqueros.
Impactos a nivel mundial
Depende del área geográfica. En Australia se relaciona con lluvias, mientras que en la Costa Oeste de Sudamérica (Ecuador, Perú) significa, por lo general, lluvias bajo los promedios mensuales. En Colombia y Panamá, en cambio, tienen lluvias por sobre sus promedios mensuales.
Debido a las teleconexiones (perturbaciones remotas de la atmósfera debido a cambios en el océano), los efectos de La Niña también incluyen condiciones frías y húmedas en el Sudeste africano; frías y secas en Costa de Marfil y países cercanos; húmedas en Brasil y cálidas/secas en el Golfo de México.
Otros efectos que se observan son: intensificación de la temporada de huracanes en el Atlántico, así como un Monzón fortalecido (superávit de lluvias) en el subcontinente indio y el Sudeste asiático (Vietnam).
La Niña aparece de manera irregular
La Niña se presenta de forma más irregular que El Niño (fase cálida de El Niño-Oscilación del Sur).
El Fenómeno y la pandemia
Se debe poner especial atención a los sectores productivos (que son sensibles al clima), los cuales debido a la Pandemia también pudieron verse afectados en la cadena de producción/suministro de alimentos, así como de servicios básicos. Quizá, el caso más destacado es el déficit hídrico en la provincia de Manabí (reportado ya desde diciembre de 2020).
Un manejo técnico e institucionalizado del recurso agua, en estrecha cooperación con los institutos de investigación especializados en clima, así como de las universidades, debería proveer de mayor resiliencia para este tipo de contingencias.
Sobre Jonathan Cedeño
Es oceanógrafo y coordinador de la carrera de Oceanografía en FIMCM-ESPOL. Trabajó previamente en instituciones como el Instituto Oceanográfico de la Armada y la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos. Se especializó en Oceanografía Física (El Niño, Ondas de Kelvin) en la Universidad de Concepción, Chile; y desde 2016 es docente investigador de la ESPOL.