Actores del sector bananero se reunieron el 17 de julio, en el Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador, CIBE-Espol, junto al Ministro de Agricultura y Ganadería, Magap, Xavier Lazo; y las autoridades de la universidad, con el fin de dialogar sobre la articulación de la academia, el sector productivo y el gobierno, en torno a la amenaza de Fusarium Raza 4 Tropical.
Los participantes, miembros del clúster de Banano que integra a la Cámara de Agricultura, AEBE, Acorbanet y Agroban; representantes del Magap, Agrocalidad, Iniap; de la Asociación de la Industria de protección de Cultivos y Salud Animal; además de productores y exportadores, fueron recibidos por la rectora de la Espol, Cecilia Paredes, la directora del CIBE, Daynet Sosa y el Director del Centro de Investigaciones Rurales, Ramón Espinel; y pudieron conocer las acciones que el Centro de Biotecnología de la Espol ha venido desarrollando en torno al cultivo de banano, como línea prioritaria de investigación.
Cecilia Paredes dio la bienvenida a los participantes y expresó que para la Espol la investigación enfocada en los sectores productivos y sociales se ha vuelto tan importante como la docencia. “(…) Creo que trabajando en conjunto, podemos afrontar este reto tan grande que tenemos hoy. Hemos hecho un esfuerzo grande por salir de nuestra zona de confort, por salir de nuestras cuatro paredes de hacer investigación importante pero no tan conectada, a realmente salir a conversar con ustedes, enfocarnos en sus problemas y conectar a nuestros investigadores de altísimo nivel a sus necesidades. Por eso es tan importante para mi como rectora de esta institución que ustedes estén aquí”.
“Y es tan importante que también nuestro Ministro de Agricultura esté aquí”, añadió, “porque esto muestra, la conexión de la triple hélice, donde la universidad, el sector productivo y el gobierno trabajan en conjunto para la solución de problemas; y la perspectiva y la prospectiva de los diferentes sectores a futuro. Que sea esta una oportunidad de generar una relación de mediano y largo plazo”, puntualizó.
El Ministro de Agricultura y Ganadería, Xavier Lazo, reconoció que el CIBE cuenta con “el capital humano y el buen ambiente” para enfrentar algunos problemas que tiene el sector. “(…) Conozco de primera mano, tengo compañeros que se han formado conmigo y que están aquí y conozco la capacidad que tienen para poder enfrentar, no este tipo de problema, sino proyectarnos hacia el futuro”. Así también, destacó la necesidad de unir al sector bananero del país, tener consolidados los procesos de investigación, de asistencia técnica y apoyo al sector.
“(…) Creo que hay muchos factores por los cuales tiene que unirse esta industria y la academia es factor fundamental en esto para poder trazar el norte de investigación. Las líneas de investigación que nos van a poder, desde lo público y lo privado, permitir apostarle al caballo ganador. En el menor plazo posible o en la línea de tiempo bien clara, ojalá saber si los resultados esperados van a ser alcanzables o no para poder hacer un apoyo. No hablo de recursos económicos solamente sino de todo el aparato de apoyo integral que tiene que tener la investigación”.
“(…)También quiero decirles que el sector necesita un orden, lógico, sano, que nos permita llevar la formalización no con el ánimo de aumentar recaudación fiscal; sino, sencillamente, de ser menos vulnerables cuando nos toque enfrentar este tipo de problemas… Este es un buen momento para proyectarnos hacia el futuro de forma mucho más ordenada a como lo venía siendo”, finalizó.
Ramón Espinel, director del Centro de Investigaciones Rurales, se refirió a la genética como uno de los posibles caminos ante la amenaza del Fusarium Raza 4 Tropical. “Todos sabemos que las medidas de prevención, contención, erradicación son medidas que hay que desarrollar (…) Sabemos que no existe y no hay perspectiva de una forma de controlar el patógeno y sabemos que, finalmente, en el mediano y largo plazo, la solución tiene que venir por la genética”.
El profesor investigador politécnico explicó que básicamente la genética tiene que ver con encontrar la resistencia de la planta al patógeno. Tomó como ejemplo la llegada del Fusarium Raza 1 o Mal de Panamá en los años 50 y 60, que terminó con la variedad conocida como Gros Michel. “En esa época no existían los avances en biotecnología, ni el conocimiento de la fisiología de la planta ni del comportamiento del hongo que sí existen en la actualidad”.
Añadió que la Espol ha trabajado con el Fusarium desde el año 2012 y que la universidad, a través de sus centros de investigación, ha participado en temas relacionados con crisis productivas como la de la Mancha Blanca o la Sigatoka Negra. “Ahora con Raza 4 estamos presentes también. Uno de los temas que tenemos es precisamente nuestra capacidad y las relaciones que tenemos”.
Ramón Espinel explicó que se trabaja con el Innovative Genomics Institute, de la universidad de Berkeley, dirigido por la científica Jennifer A. Doudna. “Ella descubrió el método llamado CRISPR, que se utiliza en la edición genética. Estamos trabajando con ellos precisamente para el tema Banano. El Dr. Freddy Magdama ha estado en contacto con ellos y seguimos trabajando y esperando poder abrir más este frente de trabajo”.
Aclaró a los presentes que la edición genética no está vinculada a los transgénicos. “Es importantísimo que entendamos que la edición genética no es un transgénico. Implica otro tipo de ingeniería genética. Básicamente, es la edición; significa desarrollar la expresión de ciertos genes de un ser vivo y la reducción o poner en dormancia otros genes. En cierta forma la hibridación es un proceso similar. La hibridación que se da en la naturaleza, por si sola, y la hibridación que ha sido el mecanismo que nuestros centros de investigación han desarrollado para mejorar la calidad, la capacidad y la productividad de nuestras plantas. La edición genética es en cierta manera una hibridación que se realiza en laboratorio. Tenemos que tener clara esta visión”.
La Directora del CIBE, Daynet Sosa, realizó una breve presentación del Centro de Biotecnología de la Espol, que se ha caracterizado en tener una relación muy estrecha con el banano desde hace 15 años, según dijo, desde su nacimiento como un proyecto de investigación orientado a ir incorporando las herramientas de la biotecnología moderna a la agricultura con especial énfasis en banano, plátanos y otras musáceas.
Destacó los elementos que permiten al CIBE ofrecer sus capacidades científicas tecnológicas a los sectores público y privado para, en colaboración, poder afrontar la amenaza del Fusarium. Se refirió al proceso de formación de científicos especializados en particularidades asociadas al banano, como Fusarium raza 1 y raza 4; resistencias fungicidas, control biológico, bioprocesos con microorganismos para tecnologías limpias, productos naturales, ingeniería genética, entre otras.
Mencionó también el equipamiento e infraestructura en cuatro laboratorios de investigación además “un laboratorio de seguridad biológica grado 2, que nos permite trabajar con patógenos peligrosos; una colección de microorganismos reconocida por el Ministerio del Ambiente como un centro de tenencia, inscrito en la colección internacional de microorganismos. Contamos, además, con un banco de Germoplasma in vitro, donde hay 23 líneas de musáceas. Así también, se refirió a las redes de investigación que abarcan cuatro continentes y que permiten ahondar y acceder rápidamente a tecnología cuando no están en capacidad de desarrollarla.
Antes de pasar a las preguntas y comentarios de los representantes del sector bananero, el investigador del CIBE Freddy Magdama, especializado en Fusarium, ofreció información importante ante la posible incursión del patógeno en el país, sobre recomendaciones y acciones a tomar, la propuesta de un modelo de trabajo basado en la formación de equipos de respuesta; y acerca de investigaciones de vanguardia desarrolladas en otros países.
Al término de la reunión, se estableció la importancia del trabajo articulado y se propuso discutir un plan de investigación y de trabajo que ha desarrollado el CIBE entre los actores que se quieran sumar para hacer frente a esta amenaza; manteniendo la articulación entre la academia, el sector productivo y el gobierno.