Un grupo de expertos, entre ellos graduados de la ESPOL, junto a destacados profesionales de América Latina y Europa, conforman un equipo interdisciplinario que se encuentra en la búsqueda, contra reloj, de un vital objetivo: crear una solución de bajo costo que permita a pacientes con casos severos de COVID-19 acceder a un respirador artificial.
Mentes creativas, como las de los politécnicos Édgar Landívar, Walter Gamarra, Vicente Adum, entre otros, son parte importante de este proyecto denominado OpenVenti, que busca salvar vidas, sobre todo las de los pacientes más vulnerables, que no puedan tener acceso a un respirador tradicional. El dispositivo que actualmente diseñan, probablemente será una de las pocas alternativas disponibles que tendrán estos pacientes, en la etapa crítica del contagio, para recibir el aire indispensable en sus pulmones.
Este respirador artificial estará incluso en capacidad de detectar si la persona está inconsciente y necesita de asistencia.
OpenVenti es un proyecto tecnológico pluridisciplinario con un alto componente de electrónica, mecánica y software, que aprovecha la tecnología de Yubox, una tarjeta electrónica desarrollada por Édgar Landívar que, con el uso del Internet de las cosas (IoT), enlaza dispositivos para generar información útil para el usuario.
La gran factibilidad de este proyecto y el deseo de colaborar en estos tiempos de crisis mundial, motivó a que se sumen a esta iniciativa expertos en áreas como diseño y manufactura 3D, mecánica neumática, medicina, comunicación, crowdfunding, entre otras. La muy interesante lista de voluntarios que conforman el equipo de trabajo de OpenVenti puede revisarse mediante este link: https://openventi.org/equipo/
El propósito del grupo es obtener un dispositivo cuyo valor esté entre los 350 y 400 dólares y que mantenga altos estándares de calidad, cumpliendo todas las certificaciones que exigen las organizaciones de salud para la seguridad de los pacientes. El precio promedio de un respirador artificial en el mercado puede llegar a costar desde 3.500 hasta 100.000 dólares, haciendo difícil su adquisición en centros hospitalarios de países menos desarrollados. Actualmente, el respirador artificial se encuentra ultimando su fase de diseño, para luego pasar a la fabricación. Se hacen esfuerzos con los que se aspira tener un prototipo de prueba esta semana.
Paúl Estrella, ingeniero industrial graduado de la ESPOL, quien trabaja también en este proyecto, indica que, a más de la fabricación, el objetivo es que esta solución sea de código abierto para que pueda replicarse en cualquier parte del mundo. “Lo importante es trabajar en equipo y ser lo más abiertos posibles a las ideas y discusiones para alcanzar los objetivos en corto plazo”, es el mensaje que Paúl Estrella comparte, desde esta experiencia, con politécnicos y otros emprendedores a nivel mundial.
Para quienes deseen aportar con este significativo proyecto se ha iniciado una campaña de crowdfunding a la que se puede acceder haciendo clic en: https://www.gofundme.com/f/ventilador-artificial-de-bajo-costo
Para informarse a fondo de los detalles del proyecto, OpenVenti cuenta con la siguiente página web oficial: https://openventi.org/.