Los ambientes laborales de América Latina y el mundo enfrentan los cambios derivados de la pandemia del COVID-19. Uno de los aspectos más remarcables en el ámbito de las labores profesionales diarias, es que la emergencia sanitaria mundial ha impulsado nuevas formas de trabajo e interacción social, y el teletrabajo surge como una alternativa para no detenernos y seguir contribuyendo al desarrollo desde nuestras respectivas áreas.
En este momento, entendemos el trabajo como un privilegio que requiere más que nunca de un compromiso especial, y en ESPOL tenemos el orgullo de contar con profesionales dotados con un sentido del deber y un amor a la institución, que nos hace sentir muy orgullosos.
Así, mientras a todos nos toca reaprender, reorganizar nuestros espacios, apoyarnos en las tecnologías emergentes y, sobre todo, ser resilientes, queremos rendir un homenaje a los miembros de esta, nuestra comunidad politécnica, que no se detiene y que busca continuar aportando valor desde ESPOL a la sociedad y al país.
Estas son las experiencias de cinco politécnicos de diversas áreas sobre su adaptación, con satisfacción, al trabajo a distancia que actualmente les corresponde desarrollar.
Patricia Valdiviezo Valenzuela es profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas. A su parecer, el trabajo en su forma y circunstancia cobra un nuevo sentido. “Tenemos que adaptarnos a nuevos métodos y, entre ellos, el único que cabe en estas circunstancias es definitivamente el teletrabajo. Para mí representa una responsabilidad inmensa con la sociedad, mi familia y conmigo misma. En general, tenemos un compromiso con el país”.
Como parte de su experiencia, que califica como muy buena, ha tenido que capacitarse al andar. Para hacer frente a los requerimientos actuales ha podido distribuir y planificar adecuadamente todas las actividades diarias a realizar, sin que se entorpezcan entre ellas.
Como actitudes clave para llevar con éxito el teletrabajo
Patricia Valdiviezo destaca el DESEO DE
SUPERACIÓN, la RESPONSABILIDAD y la DISCIPLINA.
“Como mujer y ama de casa y, al no poder contar con una asistente en el hogar, he tenido que organizarme en los tiempos para realizar las labores necesarias y también las actividades recreativas y de ejercicios”. Es así, que al cumplimiento de su jornada laboral a distancia, se han sumado las compras de abastecimiento, visitas virtuales a seres queridos, reuniones de trabajo, capacitaciones y asistencia virtual a la iglesia.
Jonathan Fuentes Guerrero es médico de la Unidad de Bienestar Politécnico. Entre las actividades que ha tenido que realizar a distancia, además de las labores administrativas, está la atención virtual a pacientes, el manejo de su sintomatología y la interpretación de exámenes; así como el seguimiento diario en la mayoría de los casos.
“Ha sido una experiencia interesante”, comenta, y asegura haber cumplido con sus actividades como si fueran presenciales. Ha encontrado, dice, ciertas ventajas, entre estas, la flexibilización del horario que le permite realizar el trabajo de forma más distendida y evidencia un aumento en la productividad, por ejemplo, con un mayor número de consultas.
Destaca también un mejor equilibrio entre su vida personal y laboral; y ahorro en lo referente al transporte, tiempos de viaje, vestimenta y alimentación.
Este integrante del equipo de médicos de ESPOL considera importante mencionar que resulta imposible sustituir el ambiente laboral, la interacción con los compañeros o los temas que en el día a día se resuelven de manera no formal. Por lo que se esfuerza para contrarrestar estas limitaciones.
Sobre las actitudes clave para trabajar con éxito a distancia,
Jonathan Fuentes destaca la RESPONSABILIDAD, el
COMPROMISO y la PROACTIVIDAD.
A Daniça Uscocovich Montalvo, profesora de la Facultad de Arte, Diseño y Comunicación Audiovisual, el teletrabajo le ha permitido conocer nuevas plataformas para desarrollar clases de manera virtual. “Creo que el reto está en adaptarnos y nunca dejar de aprender. Confiar en que con creatividad abriremos nuevos caminos”, dice.
Sus actividades por este tiempo han estado relacionadas a la planificación de clases en modalidad virtual, realizar consejerías a distancia y la preparación del portafolio docente.
“A pesar de que prefiero siempre el contacto humano, considero que hay plataformas como zoom o skype que me han permitido reunirme de manera remota para coordinar las materias con mis colegas y continuar con nuestra responsabilidad de brindar a los alumnos una mejor experiencia educativa sin importar las circunstancias”, opina.
CAPACIDAD PARA TRABAJAR EN EQUIPO, CREATIVIDAD PARA RESOLVER
PROBLEMAS y EMPATÍA CON LAS PERSONAS QUE NOS RODEAN
son las actitudes que Daniça considera indispensables para el Teletrabajo.
Florencio Pinela Contreras, profesor del área de Física de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas, indica que debido a las características del trabajo en línea, la distancia, y el no poder observar las reacciones emocionales de los oyentes, es un reto lograr que las exposiciones no se vuelvan monótonas. El desafío está en mantener la concentración de la audiencia. Para ello, asegura, se debe mantener el tono de voz y la motivación de la misma forma que cuando se está frente a una audiencia presencial. “No debemos perder la inspiración”.
A su opinión, el trabajo en equipo con docentes y estudiantes requiere de una alta dosis de flexibilidad. “Dar responsabilidades a los miembros del equipo y ser flexibles con los tiempos y criterios es fundamental para motivar en el avance de una actividad”, dice. Con los estudiantes se debe minimizar el tiempo de contacto en tiempo real, salvo las consultas y retroalimentación, y priorizar las actividades asincrónicas para el trabajo autónomo”, agrega.
Además, destaca la importancia de establecer horarios para consultas de los estudiantes, independiente de las clases, para que no se sientan aislados. Y mantener en todo momento el contacto en línea con los colegas para resolver los problemas que se presenten.
FLEXIBILIDAD, ADAPTACIÓN y LIBERTAD DE
COMUNICACIÓN son las claves para llevar con éxito el
teletrabajo, así lo afirma Florencio Pinela.
Para Johanna Aguirre Olvera, analista de Talento Humano, en la situación actual, el trabajo cobra un nuevo sentido: las formas habituales cambiaron drásticamente y se requiere de una rápida adaptación. “En mí representa un desafío para encontrar el balance entre cumplir responsablemente con las actividades laborales y con las de mi hogar, cuidando a mi familia”.
La organización entre estos dos ámbitos de su vida ha sido compleja pero no imposible, tomando en cuenta que su familia se amplió con un bebé hace pocos meses.
“Los primeros días fueron complicados hasta crear una rutina diaria y un cronograma de actividades, tanto laborales como propias del hogar (…) Con el paso del tiempo voy asimilándolo mejor”, indica.
Entre las ventajas que ha encontrado en el teletrabajo destaca evitar los tiempos muertos que supone transportarse hasta el lugar de trabajo, y de paso, contaminar menos el ambiente; desarrollar actividades de forma virtual, contar con horarios flexibles y trabajar sin descuidar a la familia.
Para Johanna Aguirre las claves en el proceso de adaptación al trabajo a distancia
han sido SER AUTODIDACTA, PROACTIVA y RESILIENTE.
Este año nos toca celebrar el Día del Trabajo de una manera diferente, demostrando que, con disposición, proactividad, resiliencia y creatividad, podemos seguir cumpliendo nuestra misión. Más lejanos en la distancia, pero más cerca que nunca en nuestro sentido de compañerismo, empatía, y nuestro compromiso en común que es seguir aportando desde ESPOL hacia la sociedad ecuatoriana.