Luego de una fructífera investigación en la que colaboraron la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), el Banco Mundial, la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil (EMAPAG-EP) y el Laboratorio Biobot Analytics (firma especializada a nivel global en monitoreo epidemiológico de aguas residuales), este lunes 10 de mayo, EMAPAG-EP y la ESPOL suscribieron un convenio que confiará a nuestros científicos politécnicos la realización de un monitoreo periódico que compruebe las zonas de la urbe con mayores y menores casos de COVID-19.
La finalidad será levantar información localizada que se convierta en una variable determinante en la toma de decisiones del COE Cantonal de Guayaquil, para enfrentar la pandemia en la ciudad.
La idea surgió del Centro de Agua y Desarrollo Sustentable (CADS) de la ESPOL y ha recibido toda la apertura y confianza de los mencionados organismos internacionales y guayaquileños. Luis Domínguez, director del CADS-ESPOL, explica que en cada sector de la ciudad existen plantas de tratamiento y estaciones de bombeo de aguas servidas, que reciben las aguas residuales de cada zona; la propuesta científica consiste en analizar continuamente muestras de agua de los diversos sectores de la ciudad, para detectar el número de partículas virales de COVID-19 en cada sector.
Debemos recordar que una persona contagiada de COVID-19 no solo expulsa el virus a través de gotículas de flema al estornudar o hablar, sino que también lo elimina a través del tracto gastrointestinal.
Por esto, el sistema planteado servirá para “tomarle la temperatura” al COVID-19 en Guayaquil y determinar “zonas calientes” de contagio. Adicionalmente, como este análisis se mantendrá durante un año, se podrá determinar fácilmente si en determinada zona está creciendo o disminuyendo el número de casos, con la simple medición del incremento o disminución de partículas del virus, respecto a las muestras de agua tomadas con anterioridad.
La información localizada sobre la propagación del virus, según explica EMAPAG-EP, permitirá tomar decisiones muy valiosas para los ciudadanos, como, por ejemplo, generar alertas tempranas de brotes de COVID-19 en sus áreas domiciliarias.
El Centro de investigación CADS-ESPOL tiene ya trayectoria comprobada en este tipo de proyectos, pues ha realizado monitoreos de calidad del agua ─financiados por la Unión Europea─ desde el año 2010.
“Esto es solo un punto de partida ─comenta Luis Domínguez─ esta técnica será puesta a disposición de las autoridades y buscaremos oportunidades de implementarla a nivel nacional”.
Por otra parte, el laboratorio para Investigaciones Biomédicas de la ESPOL, reconocido por haber desarrollado ya un prototipo de vacuna contra el COVID-19 y haber realizado cerca de 20.000 pruebas PCR para diagnosticar el virus, también integrará sus conocimientos y se adherirá a esta iniciativa.
De modo que el proyecto asegura su éxito al aunar los esfuerzos de EMAPAG-EP y la ESPOL, mediante la experiencia en monitoreos del agua de su Centro de Agua y Desarrollo Sustentable y la experticia para la detección del virus del Laboratorio para Investigaciones Biomédicas de la institución.
De esta forma ESPOL pone de manifiesto una vez más su compromiso de desarrollar innovación e investigación de alto impacto, acordes con las necesidades de nuestra sociedad.