Este 11 de diciembre se desarrolló el evento denominado “Acuicultura Sostenible para el Desarrollo del Manglar”, en el Hotel Courtyard by Marriott. Fue una actividad que marcó el cierre del proyecto de Desarrollo e implementación piloto de sistemas de maricultura que generen incentivos a la conservación del manglar (DIPSIMAR), que inició en el 2020, con la participación y apoyo de varias entidades.
Se compartieron logros alcanzados y el impacto positivo que este proyecto ha generado en comunidades costeras de Ecuador, en sus medios de vida y en la conservación de los ecosistemas de estas zonas.
El proyecto fue parte de la iniciativa REDD+ Mundial para reducir las emisiones de la deforestación y degradación forestal; y aumentar las existencias de carbono forestal.
El órgano rector de DIPSIMAR fue el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica; a través del programa REM Ecuador (REDD Early Movers), financiado por los gobiernos de Alemania y Noruega (A través de KFW y NICFI). Los fondos del programa REM fueron administrados por el Fondo de Inversión Ambiental Sostenible (FIAS).
La ESPOL fue coejecutor del proyecto a través de la participación de varias de sus unidades y centros como la Facultad de Ciencias de la Vida; el Centro Nacional de Acuacultura e Investigaciones Marinas, Cenaim; el Centro de Investigaciones Biotecnológicas del Ecuador, CIBE; el Centro de Emprendimiento e Innovación, i3lab; y el Centro de Investigaciones de Políticas Públicas.
DIPSIMAR tuvo como objetivo desarrollar e implementar sistemas de cultivos que fomenten la producción de moluscos y macroalgas nativas, crustáceos, equinodermos, una variedad de organismos para generar incentivos a la conservación del manglar en Ecuador continental.
Ante el cambio climático y la urgente necesidad de su mitigación (con reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y aumento de la captura de carbono), una de las mejores formas de hacerlo es a través de la conservación del manglar, al ser un sumidero principal de CO2. El área de acción del proyecto fue de cuatro provincias: Guayas, Santa Elena, El Oro y Manabí. Se trabajó con 11 asociaciones de pescadores, a quienes se les brindó acompañamiento y capacitación en diversos procesos.
La investigadora politécnica y directora del proyecto, Julie Nieto, dijo que “se ha demostrado que es posible armonizar la actividad acuícola con la conservación del manglar, un ecosistema vital para la mitigación del cambio climático, con prácticas de acuacultura que contribuyen a la preservación de los manglares, ofreciendo oportunidades de empleo y desarrollo de las comunidades locales”.
Proyectos como DIPSIMAR abren las puertas a la diversificación de la Acuicultura en el país en la que predomina el camarón, con más oportunidades para exportar productos cultivados que no provengan de la extracción. Como resultados importantes del proyecto están los protocolos que se han implementado junto a las comunidades para la producción de tres moluscos (ostra perlera marina, concha prieta y ostra de mangle), cangrejos y, ahora también, pepino de mar y macroalgas.
Durante la jornada de cierre se realizó la presentación de varias charlas técnicas con ponentes invitados, entre ellos varios investigadores de la ESPOL. Algunos de los temas que se abordaron fueron la Bioeconomía, oportunidades de acceso de productos acuícolas a mercados internacionales y sus requisitos, el caso de la Acuicultura y extensionismo en el Estado de Santa Catarina (Brasil), la diversificación y las experiencias de las comunidades.
DIPSIMAR ha sido un proyecto de investigación que se ha convertido en un semillero de oportunidades para futuras iniciativas que permitan diversificar las actividades acuícolas y migrar de lo extractivo hacia lo productivo, beneficiando a la conservación del manglar.
