La educación es un derecho humano y, accediendo a ella, se pueden cumplir sueños y transformar otras vidas.
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como Día Internacional de la Educación, para exaltar y celebrar su importante rol como motor de la paz y el desarrollo en el mundo.
En la ESPOL nos motiva ser una comunidad académica que forma a profesionales con educación integral. Son muchas las historias que nos cuentan esos sueños que se tejen desde nuestras aulas y que se han ido cumpliendo, exitosamente, solo gracias a la educación.
Te compartimos tres testimonios de cómo la educación ha permitido a un graduado, una estudiante y una profesora politécnicos alcanzar metas, romper paradigmas e inspirar a muchas más personas.
Leticia Tituaña
Estudiante de Ingeniería Química
Desde el colegio, Leticia soñaba con seguir preparándose para convertirse en Ingeniera Química y demostrar que las cosas podían hacerse diferente en su comunidad. En su pueblo originario Kichwa Otavalo no era bien visto que las niñas al crecer vayan a la universidad.
Su personalidad tenaz y rebelde le permitió romper paradigmas. Abrió un camino de oportunidades a las siguientes generaciones de jóvenes, que vieron en ella una motivación para acceder a la Educación Superior.
Aunque en un inicio, para sus padres, la idea de que alguien de la familia vaya a la universidad era nueva, la apoyaron.
Ya en la ESPOL, con orgullo comenta que uno de sus mentores es el docente e investigador politécnico Luis Domínguez, con quien trabajó en proyectos de vinculación en temas de agua y saneamiento. Esa experiencia en el ámbito educativo le permitió acceder a importantes premios y becas en la Universidad de Málaga, Universidad de Texas, entre otros reconocimientos.
Actualmente, impulsa un proyecto social para que más mujeres kichwas de pueblos originarios del Ecuador se interesen por carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Grandes pasos que la guían con firmeza hacia su desarrollo profesional y a continuar transformando vidas en su comunidad.
Diego Delgado
Licenciado en Nutrición y Dietética
Diego afirma que el mejor regalo que recibió de sus padres es la educación. El año pasado cumplió su sueño de tener una profesión que, asegura, le permitirá ayudar a muchas personas para que tengan un estilo de vida saludable.
Teniendo como una de sus principales motivaciones su propia experiencia, reconoce que tener buenos hábitos alimenticios le ha permitido, desde los 15 años, aprender a sobrellevar una enfermedad degenerativa e incurable. La esclerosis múltiple.
Diego asegura que con su enfermedad, estudiar no fue fácil, pero se siente orgulloso al haberlo logrado con su esfuerzo y el apoyo de la ESPOL, mediante el grupo de inclusión que lidera la Unidad de Bienestar Politécnico.
Ahora estudia una Maestría en Nutrición Clínica y Endocrinología en el Instituto de Formación Avanzada en Ciencias de Nutrición y Salud, con el aval de la Universidad Católica de Murcia. Área de su interés por su deseo de servir a personas con diabetes y obesidad.
Su historia es, sin duda, ejemplo de empatía y dedicación, valores que nos caracterizan a los politécnicos.
Mercy Borbor
Profesora e Investigadora de la ESPOL
“La educación tiene el poder de cambiar vidas”, comenta Mercy al referirse a cómo ésta le abrió puertas en un mundo globalizado. Atraída por el misterio, calma y a la vez agresividad que podía encontrar en un solo lugar —el mar— a los 16 años comenzó a estudiar Oceanografía en la ESPOL.
Simultáneamente estudió la carrera de Arquitectura. Combinó sus dos pasiones y desde muy joven sintió afinidad por la investigación, lo que la llevó a trabajar en proyectos con otros estudiantes y profesores.
La educación le ha permitido conocer personas de todo el mundo, diferentes puntos de vista y ser parte de proyectos importantes relacionados con su área de especialización como son la oceanografía, el clima y el medio ambiente.
Mercy es autora líder del Panel Intergubernamental en Cambio Climático, grupo que recibió junto al exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, el premio Nobel de la Paz en el 2007. Es también parte de un grupo de expertos, designada por Ecuador ante la Organización Metereológica Mundial, y del Instituto Interamericano para la Investigación del Cambio Global.
A sus estudiantes los alienta, día tras día, a aprovechar la educación, por ser una herramienta que lleva a la acción. A construir el futuro.