A finales del pasado mes de octubre, se inauguró en la ESPOL un espacio para obtener información de las demandas de riego reales de diferentes cultivos hortícolas del país con el fin de optimizar el recurso hídrico.
Se trata de una batería de lisímetros de drenaje que abarca 57.34 m2 en la Granja Experimental Agrícola (GEA) del campus Gustavo Galindo Velasco.
Dicha implementación se realiza en el marco de la Escuela Nacional de Irrigación Parcelaria (ENIP) del Ministerio de Agricultura y Ganadería. ESPOL forma parte de los actores asociados a esta iniciativa, que cuenta con el apoyo de la Unión Europea y la Agencia Española de Cooperación Internacional.
El evento inaugural se realizó con la presencia de la decana de la Facultad de Ciencias de la Vida (FCV), Julie Nieto; la representante de la Agencia Española de Cooperación Internacional, Elena Cuevas y demás representantes de empresas privadas, organizaciones y el Ministerio de Agricultura y Ganadería; asimismo estudiantes y profesores de la ESPOL.
Durante el evento, se realizó un coloquio entre los profesores de la carrera de Ingeniería Agrícola y representantes de las fundaciones y asociaciones de agricultores presentes sobre potenciales trabajos de vinculación con la comunidad.
Pero, ¿qué es exactamente un lisímetro de drenaje? Jaime Proaño, docente de la carrera de Ingeniería Agrícola y Biológica de la FCV y representante de la ESPOL ante la Escuela Nacional de Irrigación Parcelaria (ENIP) del Ministerio de Agricultura y Ganadería explica que el lisímetro consiste en una estructura rectangular de hormigón y medidas estándar, tiene una profundidad de 2 metros, una escalera de ingreso y un tanque para recolectar el agua de drenaje.
“Un lisímetro de drenaje es un depósito grande, lleno completamente de suelo, ubicado en el campo para simbolizar sus características naturales, en las cuales las condiciones agua-suelo-planta pueden ser reguladas y controladas. Es utilizado para medir la evapotranspiración del cultivo, es decir, el consumo de agua de las plantas”.
En esta batería se experimentará con el suelo y el agua y será uno de los espacios de donde surgirán importantes trabajos e investigaciones, añade el experto.
Los principales beneficiados son los estudiantes de la Escuela Nacional de Irrigación Parcelaria, de la ESPOL y otras instituciones vinculadas a dicha Escuela, todos ellos liderados por profesores expertos.
“Los estudiantes realizarán sus investigaciones conjuntamente con el docente para llevar el manejo y toma de datos como cantidad de agua evaporada, volumen del agua de drenaje y determinación de la humedad del suelo en los diferentes cultivos hortícolas que se van a implementar”, agrega Proaño.
De esta manera, ESPOL se convierte en otro de los escenarios propicios para aprender experimentado y aportar al sector agropecuario del país.
Este tipo de desarrollo de espacios responden al Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 2: Hambre Cero.
Sobre la Escuela Nacional de Irrigación Parcelaria (ENIP)
El objetivo de esta Escuela es crear un sistema de formación, capacitación, investigación, análisis y debate sobre la importancia de la irrigación productiva, para la agricultura campesina; compartir experiencias regionales sobre irrigación productiva en el ámbito de la agricultura campesina y obtener lineamientos sobre estrategias y políticas públicas de irrigación productiva, que fortalezcan la soberanía alimentaria y la economía campesina.